Debido a su naturaleza, el agua alcalina contiene una gran cantidad de antioxidantes, que se encargan de buscar y destruir a los dañinos radicales libres del cuerpo (una de las principales causas de envejecimiento y causantes de enfermedades degenerativas).
El agua en el cuerpo es fundamental para una mejor circulación y al incrementar los niveles de oxígeno en el torrente sanguíneo también se incrementa la capacidad de quemar la grasa, elemento primordial en la producción de energía.
Existe una condición que se presenta si no bebemos la suficiente agua a la que se le conoce como deshidratación celular crónica (que es un constante estado de deshidratación a nivel de cada célula) dejándonos en un estado muy vulnerable, debilitando nuestro sistema inmunológico exponiéndonos con mayor facilidad a alguna enfermedad.
Uno de los mayores filtros en nuestro cuerpo son nuestros riñones, ellos dependen del agua para trabajar a su máximo rendimiento. A medida que envejecemos, nuestra capacidad de filtrar a través de los riñones disminuye, lo que hace que beber cantidades apropiadas de agua sea aún más importante para una adecuada desintoxicación del organismo.
Las investigaciones han demostrado que el beber suficiente agua alcalina es muy benéfico para la salud del corazón reduciendo las probabilidades de padecer un ataque cardíaco o alguna enfermedad coronaria.